Empecemos con los datos. Según un estudio del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), solo 3 de cada 10 hombres y 2 de cada 10 mujeres ingieren los dos/tres litros de agua al día que recomiendan las autoridades sanitarias. Si te fijas, hablamos de ingerir en lugar de beber porque, aunque parezca lo mismo, no lo es.
Si faltaste a clase el día que tu profe explicó que el cuerpo humano tiene sus propios métodos de hidratación, te lo resumimos en cero coma: beber agua es la forma más directa y abundante de aplacar la sed, pero no es la única. Nuestro organismo también puede obtenerla (y de hecho la obtiene) de los alimentos que ingerimos o de la humedad que se filtra por los poros de la piel. Aproximadamente el 20% del agua de nuestro organismo procede de lo que comemos, según indican los expertos.
Tener en cuenta esa proporción de líquidos -o incluso más si sigues una dieta rica en verduras, frutas y legumbres- es fundamental para hacer bien los cálculos. Y es que, aunque suene fantástica la idea de “obligarse” a beber varios vasos de agua al día, lo cierto es que no lo estarás haciendo bien si ignoras lo anterior, ya que es posible que te estés hiperhidratando (lo cual tampoco mola).
Lo que suele ocurrir es más bien lo contrario, la falta de hidratación en niveles óptimos. Puede que creas que a ti no te afecta, pero plantéatelo así: una hidratación insuficiente conlleva falta de energía y concentración, lo que aumenta el malestar general. A nadie le ingresan en el hospital salvo que se trate de un caso severo de deshidratación, pero el rendimiento diario y el estado de humor pueden verse alterados con más frecuencia de la que nos imaginamos por no regar convenientemente nuestro organismo. ¿Y qué pasa entonces? Pues que, al igual que le ocurre a las plantas, nos volvemos un poco mustios.
Y ahora que hemos aclarado algunas cuestiones, abordemos la gran pregunta…
¿Cuál es la cantidad óptima de agua diaria que necesita mi cuerpo?
Tal y como nos recuerda la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la cantidad de agua que cada cuerpo necesita dependerá de algunos factores fisiológicos (edad, altura, peso o sexo), la actividad física, el clima o el tipo de nutrición. Una categoría, esta última, que también abarca la ingesta de alcohol (que deshidrata) o el consumo de bebidas energéticas o azucaradas (que en ningún caso pueden reemplazar al agua cuando se trata de nuestra hidratación).
Parece que la cosa se complica, pero en verdad solo hay que aplicar el sentido común. Empecemos a despejar la ecuación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que se tome a diario (tomar tampoco quiere decir beber) un litro de agua por cada 35 kilos de peso. Esta medida sirve como referencia, pero para ser más precisos hay que pasarla por el filtro de la edad, el sexo, la altura y el peso corporal.
Calculadora de hidratación
Para aplicar el coeficiente fisiológico vas a necesitar, como poco, una calculadora científica. Por suerte, hemos encontrado algo mejor: la calculadora de hidratación de la organización Hydration For Health. Bastará con introducir esos cuatro datos, indicar el país en el que vives, la actividad física que realizas, algunos hábitos de consumo de bebida y… ¡Voilà! En menos de un minuto obtendrás la medida de agua óptima que necesita in-ge-rir tu cuerpo a diario.
Y ya casi lo tenemos. Solo quedaría descontar de la cifra resultante el 20% o 30% del agua que el cuerpo absorbe en las comidas (mayor o menor en función de la calidad de tu dieta habitual), dejando a un lado el agua que es capaz de absorber la piel porque su nivel de incidencia es prácticamente irrelevante.
Para comprobar que has hecho bien los cálculos, no hay nada como fijarse en la orina propia: si el color es amarrillo es que has injerido el agua suficiente; si es casi transparente, enhorabuena, tu estado de hidratación es el idóneo.
Las 5 etapas que te separan de una hidratación de calidad
Como especialistas en tratamientos de agua para el hogar o para tu empresa, siempre te vamos a recomendar el uso de un equipo de ósmosis de 5 etapas. A diferencia de otro tipo de soluciones de agua para el consumo, las depuradoras de agua como la Waterfass + garantizan todos los nutrientes que necesita nuestro cuerpo, en los niveles óptimos de sodio, al tiempo que es capaz de eliminar la práctica totalidad de bacterias, residuos y microplásticos del agua del grifo.
Y si eres deportista, te recomendamos completar el tratamiento de ósmosis doméstica con un Postfiltro revitalizante Hd-50, que agua alcalina rica en magnesio e hidrógeno. El resultado es un agua alcalina con un alto poder antioxidante que, además, ayuda a mantener el pH del cuerpo equilibrado.
Si tienes interés en conocer antes nuestros equipos, escríbenos o llámanos al 958 465 589.
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