En este artículo exploraremos cuál es el mejor tipo de agua para las plantas y cómo garantizar que el agua que utilizas sea la más adecuada, tanto si eres un consumidor doméstico, como si gestionas una empresa o un terreno agrícola.
¿Por qué la calidad del agua es clave para las plantas?
El agua que utilizamos para regar nuestras plantas no solo debe ser suficiente en cantidad, sino también de calidad adecuada. Esto se debe a que el agua contiene minerales y sustancias que pueden afectar al pH del suelo y la salud general de las plantas. Algunas características del agua que deben ser tomadas en cuenta son:
- El pH del agua: Las plantas tienen diferentes necesidades según el tipo de pH que prefieren, y un agua demasiado ácida o alcalina puede alterar el equilibrio del suelo y afectar el crecimiento de las raíces. El pH del agua ideal suele estar entre 6 y 7.5 para la mayoría de las plantas. Te animamos a analizar el agua de tu casa o empresa para ayudarte a entender cuál es su composición.
- La dureza del agua: El agua dura, que tiene un alto contenido de minerales como calcio y magnesio, puede acumularse en el suelo y dificultar la absorción de nutrientes esenciales. Por otro lado, el agua blanda es ideal para la mayoría de las plantas, ya que no contribuye a este tipo de depósitos.
- El cloro: El agua potable de las ciudades a menudo contiene cloro, un desinfectante que, aunque seguro para el consumo humano, puede dañar las raíces y hojas de las plantas. El cloro puede ser especialmente dañino para plantas más sensibles y puede inhibir su capacidad para absorber nutrientes del suelo.

Tipos de agua recomendados para regar las plantas
Agua de lluvia: el agua natural más pura
Si vives en una zona donde la lluvia es frecuente, puedes aprovechar el agua de lluvia para regar tus plantas. El agua de lluvia es blanda y suele tener un pH neutro, lo que la hace adecuada para una gran variedad de plantas. Además, al no contener cloro ni minerales en exceso, es menos probable que altere el equilibrio del suelo.
Por desgracia, cada vez llueve menos y los episodios de largas sequías suelen ser cada vez más frecuentes. Como no podemos relegar la suerte de nuestras plantas al agua que caiga del cielo, tenemos una segunda opción.
Agua filtrada: eliminando impurezas para un riego óptimo
El agua filtrada es una excelente opción para regar plantas, ya que retira sustancias que podrían dañar las raíces. Para mejorar la calidad del agua de manera efectiva, el sistema de ósmosis inversa de 5 etapas de Waterfass+ es una de las mejores soluciones disponibles. Este sistema no solo elimina el cloro y los sedimentos, sino también los metales pesados y otras impurezas, proporcionando agua limpia y segura para tus plantas.

Datos que avalan el uso de agua tratada para riego
Según la FAO, la acumulación excesiva de sales en el suelo afecta alrededor del 20% de las tierras agrícolas a nivel mundial, reduciendo significativamente el rendimiento de los cultivos.
Estudios como los que elabora el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) demuestran que la aplicación de agua con menor contenido salino, gracias a sistemas de ósmosis inversa, puede aumentar la producción en cultivos sensibles a la salinidad, como lechuga, fresas y cítricos, hasta en un 30%.
Investigaciones de la Universidad de California, Davis indican que el pH del agua de riego fuera del rango 6.0 – 7.5 puede reducir la disponibilidad de elementos clave como el fósforo, el hierro y el manganeso.
La Universidad de Wageningen (Países Bajos) destaca que el uso de agua tratada puede reducir hasta en un 40% la propagación de enfermedades fúngicas en cultivos hortícolas.
Bola extra: Un informe de la ICID señala que el uso de filtros adecuados en el agua de riego puede disminuir en un 50% las obstrucciones en sistemas de riego por goteo, lo que mejora la eficiencia del riego y reduce el mantenimiento.

Agua destilada: pros y contras para el riego
El agua destilada es una buena para el riego de plantas, ya que ha sido despojada de minerales y contaminantes. Es especialmente útil si tienes plantas muy sensibles o en cultivos hidropónicos, donde la calidad del agua es aún más crítica. Sin embargo, hay que tener cuidado al usar agua destilada a largo plazo, ya que la falta de minerales esenciales puede afectar el equilibrio del sustrato y, por tanto, tendrás que recurrir a suplementos específicos que reintroduzcan estos nutrientes vitales.
Agua de pozo o manantial: ideal si no es demasiado dura
Si tienes acceso a un pozo o manantial, el agua de estas fuentes puede ser beneficiosa, pero es importante verificar su composición. A menudo, estos tipos de agua contienen minerales naturales que pueden ser beneficiosos para algunas plantas, pero si el agua es muy dura, podría tener el mismo efecto que el agua de grifo, acumulando depósitos en el suelo.
Si estás pensando en esta opción, te recomendamos leer nuestra guía para potabilizar el agua de un pozo, donde encontrarás consejos para garantizar que el agua sea segura y adecuada tanto para el consumo humano como para el riego de tus plantas.
Conclusión
La calidad del agua para regar tus plantas es un factor crucial en su crecimiento y bienestar. Comprender las características del agua que usas te permitirá hacer elecciones más informadas y garantizar un entorno más saludable para tus plantas.
Habla con tu tienda de jardinería de confianza y considera usar agua de lluvia, filtrada o destilada, y asegúrate de tratar el agua de grifo si es necesario. De esta forma, tus plantas florecerán y estarán mucho más saludables.
Si quieres conocer más sobre cómo mejorar la calidad del agua, contáctanos.