Quien tiene una casa de campo tiene un tesoro. Pero si además dispone de un pozo propio, la riqueza es inmensa. Tener acceso al agua de riego te asegura una huerta maravillosa sin sobresaltos en la factura de consumo. Ahora bien, ¿puede tu pozo preservar la salud de quienes beben su agua? Controlar la calidad, desinfección y potabilización del agua es indispensable, no solo para cuidar de ti y de tus seres queridos, sino para cumplir con la normativa vigente. En este post te contamos, paso a paso, qué tienes que hacer para potabilizar el agua de tu pozo.
Analiza la calidad del terreno y del agua
Que el agua de tu pozo sea clara no significa que sea segura. Por ejemplo, hay parásitos (como la Giardia o el Cryptosporidium) que no alteran el olor, tampoco el sabor ni el aspecto a simple vista, pero ahí están: contaminando. Los pozos pueden estar afectados por vertidos urbanos o domésticos cercanos a la propiedad o porque tal vez allí se realizaron actividades industriales contaminantes.
Por eso, lo primero que hay que hacer es un análisis del agua. En Tratamientos H2O contamos con un laboratorio propio que es capaz de tener los resultados a tiempo. Ten en cuenta que para que el análisis sea válido debe realizarse en el lapso de 3 y 4 horas desde que se recoge la muestra.
El segundo paso: clorar el agua
Para decir adiós a esos habitantes indeseados del agua hay que empezar por la cloración. Un método sencillo empleado en todas las depuradoras del país que consiste en agregar productos clorados que hagan la primera criba de microorganismos. En función del volumen de agua a tratar, a partir de 30 minutos el agua ya está desinfectada.
El tercer paso: instala un filtro de turbidez
Aunque con la cloración hayas aniquilado a los microorganismos más peligrosos, las partículas en suspensión siguen existiendo. Además de ensuciar el agua, pueden facilitar que algunos metales pesados, compuestos orgánicos y pesticidas infecten el agua. La turbidez se mide en Unidades Nefelométricas de Turbidez (UNF) y, según la OMS el agua para consumo humano no debe superar las 5 NTU ni estar por debajo de 1 NTU. En el análisis que realicemos en nuestro laboratorio te diremos exactamente a qué nivel se encuentra el agua de tu pozo.
El cuarto paso: incorpora un descalificador
No es la primera vez que explicamos en este blog las bondades de un descalcificador tanto para uso industrial como doméstico. Este equipo se encarga de eliminar el exceso de óxido de calcio, coloquialmente llamado cal, y de magnesio. Gracias a él se evitan las averías asociadas a las incrustaciones y la corrosión. Además, gracias a su capacidad para reducir la dureza del agua, protege el pH de nuestra piel e impide el desarrollo o agravamiento de la dermatitis atópica.
Quinto paso: la bomba de presión
Si realizas todos los pasos anteriores tendrás asegurada una cosa: agua potable. Pero para lograrlo y, sobre todo, hacer que llegue hasta tu casa necesitarás impulsarla. Porque claro, está en un pozo. Para ello, necesitarás un grupo de presión consistente en una o varias bombas (dependiendo del volumen de agua y distancia que deba recorrer) que aspiran el agua y la propulsan mediante tubos hacia donde queramos. Puedes, por ejemplo, instalar varias salidas: una para los usos domésticos y otra para regar el jardín.
Sexto paso: un tanque para almacenar agua potable
Imagina que un día se va la luz y no tienes un equipo de respaldo para bombear el agua de tu pozo. Pues una cisterna te vendría de perlas. Así puedes almacenar agua previamente tratada para usarla cuando mejor te convenga y sin que las emergencias te lo impidan. Eso sí, ese tanque hay que limpiarlo y desinfectarlo cada cierto tiempo para evitar que proliferen las algas o bacterias. Nuestros profesionales te pueden informar sobre el material más conveniente para que el mantenimiento sea sencillo.
Consejo extra: un equipo de ósmosis
Tampoco es la primera vez que enfatizamos la eficacia de la ósmosis inversa como método para obtener agua de gran calidad, tal y como lo avala la OMS. Este sistema se instala junto al grifo y está especialmente indicado para personas vulnerables: con condiciones médicas renales, hipertensión u osteoporosis o de edad avanzada. Nuestros equipos logran eliminar el 96% y el 97,5% de sustancias nocivas que pudieran haberse adherido al agua durante el proceso de potabilización al circular por las tuberías.
En definitiva, si tienes una finca rústica con pozo y todavía no tienes claro si esa agua te hará bien o te hará mal… Nuestro equipo técnico está disponible para descubrirlo. Si los análisis revelan que tu pozo tiene agua contaminada ponemos todos los recursos a nuestro alcance para convertirla en la mejor agua del entorno.