Si tienes un pozo,

tienes un tesoro

5 pasos para convertirlo en un manantial

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Convierte tu pozo en un manantial para tu hogar

El agua es uno de los recursos naturales más preciados debido a su escasez. Por eso, es importante usarlo con cabeza.

Si tienes la fortuna de contar con un pozo en tu finca o cortijo, es posible que no temas a la sequía. Pero ojo, deberías hacerte algunas preguntas antes de empezar a explotarlo.

¿Es potable el agua de mi pozo?

Que sea clara o sepa bien no significa que sea apta para el consumo. Además, el entorno pueden cambiar en cualquier momento y la calidad de su agua también.

¿Hay actividad agrícola o industrial en las proximidades?

La tierra y el agua lo absorben todo: pesticidas, metales pesados, vertidos domésticos… Asegúrate de que no estén contaminadas.

¿Es un pozo muy profundo?

Cuanto más lo sea, más minerales te llevarás a la boca. Y en exceso, no son nada saludables.

¿Es agua corriente o estancada?

Más vale que sea lo segundo, ya que el agua estancada es un vivero de bacterias.

Para salir de dudas solo hay una opción

En H2O Tratamientos tenemos un laboratorio propio donde determinamos el estado de salud de tu pozo. Ten en cuenta que para que el análisis sea válido debe realizarse en el lapso de 3 y 4 horas desde que se recoge la muestra.

Si el resultado del análisis determina que el agua no es óptima para consumo o contiene sustancias perjudiciales, tendrás que tomar cartas en el asunto.

Además, es recomendable hacer un análisis anual, porque las circunstancias pueden cambiar.

¿Cuál es tu caso?

No todos los cortijos, casas rurales o huertos son iguales. Hay pozos muy profundos y otros superficiales. En ocasiones el agua subterránea puede estar cerca de tu vivienda, pero lejos en otras. Hay terrenos cercanos al mar con aguas muy duras y otras excepcionales en minerales.

En H2O Tratamientos podemos convertir tu pozo en un manantial.