Y es que, un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha demostrado que los nitratos y trihalometanos (THMs) presentes en el agua de grifo y también en la embotellada son un factor de riesgo a largo plazo del cáncer de próstata.
Dicho trabajo, que ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Environmental Health Perspectives, es el primero que relaciona esos compuestos con este tipo de tumor en la literatura médica mundial, que “ya contaba con evidencia de su asociación con el cáncer colorrectal”, según revela el portal Diariomédico.com en su blog.

Procedencia de los nitratos y THMs
Los nitratos presentes en el agua proceden a menudo de los fertilizantes y purines de la agricultura y la ganadería intensivas. La lluvia los arrastra hasta los acuíferos, los ríos y los manantiales de los que se nutren muchas envasadoras de agua embotellada y la propia red pública de nuestros pueblos y ciudades.
Gran parte de estos “residuos” son eliminados gracias a los tratamientos empleados por los servicios municipales o las propias envasadoras. Sin embargo, raro es el día en que no surge una alerta sanitaria por algún tipo de contaminación en la red pública de agua. Y eso que los niveles aceptados de nitratos o THMs (compuestos químicos volátiles subproductos de la desinfección con cloro) no entran en la categoría de “agentes contaminantes”.
Con todo, la buena noticia es que estas alertas evidencian un exhaustivo control por parte de los servicios públicos municipales. La mala, que puede haber partículas (como las referidas anteriormente) que no son eliminadas porque, para empezar, hasta ahora no existían evidencias científicas sobre su toxicidad.

Y la sequía no ayuda
Volviendo al artículo de Diario Médico, su autora va más allá al apuntar que “la falta de agua y su mala calidad para el consumo humano en muchos puntos de España amenazan con poner en riesgo la salud pública si no se adoptan medidas multifactoriales y eficaces de manera urgente”.
Quizás pueda sonar a mensaje tremendista, pero seguramente no le falta razón. Basta con realizar una rápida búsqueda en los medios de comunicación para encontrar un montón de ejemplos de contaminación en el ciclo del agua que consumimos en casa:
- Diario Montañés: El análisis del agua del Centro de Salud de Reinosa detecta niveles tóxicos de hierro y plomo
- Levante EMV: Salud Pública prohíbe el consumo de agua en la Pobla Llarga al detectar un herbicida
- Aragón Noticias: Los vecinos de Abanto llevan 21 días sin poder consumir agua del grifo por contaminación
- Xataca: 161 municipios llevan años bebiendo agua contaminada sin saberlo: España es un desastre gestionando su red hídrica
- El Diario de Córdoba: Ecologistas en Acción alerta sobre la alta contaminación con nitratos en las fuentes públicas de la Campiña de Córdoba
- COPE: Nueva contaminación en el agua de la provincia de Zaragoza
Afortunadamente, la reacción de los investigadores no suele hacerse esperar. Un buen ejemplo es el de Global Omniun y Aguas de Valencia, que en septiembre de 2023 anunció la puesta en marcha del proyecto Life Elektra, pionero en la eliminación de nitratos en el proceso de potabilización del agua. Así que, por el bien de todo el mundo, les deseamos que tengan mucho éxito en sus resultados y que estos lleguen lo antes posible.

Mejor no hablemos de los microplásticos
¿Creías que los residuos microscópicos de la descomposición de botellas y otros plásticos solo se encuentran en el agua del mar? Pues fíjate que no. Los famosos microplásticos también son arrastrados por el viento y cuando llueve se depositan en los sistemas fluviales.
Sin ir más lejos, un reciente artículo del Eldiario.es denunciaba que los científicos han registrado 365 partículas microplásticas por metro cuadrado que caían diariamente del cielo en los Pirineos en el sur de Francia. Y eso a más de 100 kilómetros de la ciudad más cercana.
En una revisión de estudios de 2022 se llega a la conclusión de que el proceso de envasado del agua embotellada contamina con microplásticos del propio polietileno (PET) de la botella, o en el caso de las botellas de vidrio, del tapón. Pero también se detectó que la concentración de microplásticos en el agua del grifo era menor que en el agua embotellada, lo que indica una alta tasa de eliminación en las plantas de tratamiento de agua potable.
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El propio ISGlobal publicó un estudio en 2021 que viene a demostrar que el agua filtrada es más sostenible y saludable que el agua embotellada. Este tipo de agua “supone un impacto ambiental 3.500 veces mayor que el agua del grifo y claramente superior también al agua de grifo filtrada”, apunta la propia Aqua España (Asociación Española de Empresas del Sector del Agua).
Así que, si te lo estás pensando, no lo dudes e instala un equipo de ósmosis inversa en casa o en tu empresa. Lo avala la propia Organización Mundial de la Salud. Pero ojo, no vale cualquiera. Infórmate bien antes de comprarlo porque cada etapa de estos sistemas de filtración desempeña una función y todas son importantes. En H2O Tratamientos podemos asesorarte e instalarlo en tu cocina sin causarte ninguna molestia.
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